Posted by
Unknown
on
septiembre 03, 2017
|
No comments
Marcos 10:23-31: El hombre rico, el camello, y el ojo de
la aguja Mar 10:23-31:
(23)
Entonces
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios
los que tienen riquezas! (24) Los discípulos se asombraron de sus palabras;
pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino
de Dios, a los que confían en las riquezas! (25) Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que
entrar un rico en el reino de Dios.
(26) Ellos se asombraban aún más, diciendo entre
sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? (27)
Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, más para Dios, no; porque
todas las cosas son posibles para Dios. (28) Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí,
nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. (29) Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya
dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o
tierras, por causa de mí y del evangelio, (30) que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas,
hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo
venidero la vida eterna.
(31) Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros,
primeros.
Análisis:
Jesús
hace uso de la repetición para dar énfasis a su declaración “¡Cuán difícilmente
entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!”; sin embargo nótese
que en la repetición cambia la palabra “tienen”
por “los que confían”. En su raíz
original en el versículo 23, el verbo “Tienen”
proviene del griego “eco - ἔχω,” que significa: asirse de, aferrarse a, ser próximo a.; y en el versículo 24 la
palabra “confían” tiene su raíz en
el griego “epí- ἐπί”, que puede entenderse como: superimposición (de tiempo, lugar, orden,
etc.). Se puede concluir que los dos verbos tienen similitud a pesar de ser
diferentes, el primero (tienen)
propone la idea de aferrarse al dinero, y la segunda (confían) poner el dinero por “encima de”. Jesús trataba de enseñar
que el apego al dinero y el “amor” al mismo puede llevarnos lejos del Reino de
Dios al punto de no entrar en él.
Otras
traducciones como la NVI (Nueva
versión internacional), suprimió en ambos versículos dichos verbos mencionados
anteriormente, “Tienen y confían”.
Lo cual se puede correr el peligro de dar una interpretación más libre y alejada de la esencia de lo que Jesús quiso
enseñar, al uso o a la tenencia de las riquezas.
Los discípulos se asombraron.
Evidentemente los discípulos creían, según las enseñanzas del judaísmo, que las
riquezas eran una clara señal de la correcta relación entre el hombre y Dios y
una muestra de las bendiciones divinas.
Jesús de
forma hiperbólica, enseña, que es imposible para alguien que confía en las
riquezas entrar al cielo. (25) Más fácil es pasar un camello por el ojo de
una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Si bien es una acción
imposible, de la misma manera es imposible ser aceptados por Dios cuando
nuestro corazón está inclinado hacia las riquezas, tener la confianza de que el
dinero es la solución a todos los problemas puede convertirlo en un hecho de
idolatría misma, robando la preeminencia y supremacía de DIOS en el corazón del
hombre. El ser rico no es malo, (como alguno lo dan a entender), son nuestras
acciones las que determinan el propósito e intencionalidad del corazón,
inclinado hacer el bien o el mal. El escritor Marcano describe el uso del
término: kamelos (κάμηλος,), de una
palabra hebrea que significa portador, se usa en proverbios para indicar: algo
casi o totalmente imposible y en pasajes paralelos. En el texto se hace uso del
“QUE”, una conjunción subordinante
comparativa, al mencionar el hecho de una acción casi o totalmente imposible “QUE” un rico entre al cielo.
(26) Ellos se asombraban aún más, diciendo entre
sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?
(27) Entonces Jesús, mirándolos,
dijo: Para los hombres es imposible, más para Dios, no; porque todas las cosas
son posibles para Dios. Los apóstoles pensaban que la acción de la
salvación venia por las obras que pudiesen realizar, nuevamente Jesús reafirma
que la salvación es por gracia, no es lo que hagamos para Dios, es Él quien en
su voluntad eterna permitirá la salvación a nuestras vidas. Alguien dijo: lo
que es imposible para el hombre, es posible para Dios. El hombre por sí mismo no
se puede salvar, es un don de Dios mediante la muerte de Jesús en la cruz.
(28) Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí,
nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. (29)
Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado
casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras,
por causa de mí y del evangelio,
(30) que no reciba cien veces más
ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con
persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. Nuevamente, Pedro, en un intento
por relevar sus acciones, dice que ellos, lo han dejado todo por seguir a
Jesús. Si bien los discípulos del Señor Jesús no eran de la elite superior o de
los más adinerados de la época, estos, si bien, pertenecían a una sociedad,
tenían un espacio en ella, familia, bienes, y se debían a un oficio, que
dejando todo esto comenzaron a seguir a quien ellos pensaron era el mesías
prometido por los profetas. La llegada del reino de Dios a la tierra.
Jesús
enseñó que el resultado de dar dinero a los pobres, o cualquier sacrificio que
podamos hacer para el reino de Dios, será atesorado no en la tierra, sino en el
cielo; cuanto más demos, tanto más atesoramos. Esto no significa que si damos
dinero a la obra de Dios, hemos de recibir más, como lo enseñan algunos “cultos
de prosperidad”. Lo que significa es que las recompensas espirituales serán
mucho mayores que los sacrificios que pudiéramos haber hecho por Cristo, aunque
llegara la persecución con tales sacrificios.
0 comentarios :
Publicar un comentario