domingo, 3 de septiembre de 2017

Exégesis básica- El hombre Rico

Posted by Unknown on septiembre 03, 2017 | No comments

Marcos 10:23-31: El hombre rico, el camello, y el ojo de la aguja  Mar 10:23-31: (23) 

Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! (24)  Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!  (25)  Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.  (26)  Ellos se asombraban aún más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?  (27)  Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, más para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios(28)  Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido.  (29)  Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio,  (30)  que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna(31)  Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros.

Análisis:

            Jesús hace uso de la repetición para dar énfasis a su declaración “¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!”; sin embargo nótese que en la repetición cambia la palabra “tienen” por “los que confían”. En su raíz original en el versículo 23, el verbo “Tienen” proviene del griego “eco -  χω,”  que significa: asirse de, aferrarse a, ser próximo a.; y en el versículo 24 la palabra “confían” tiene su raíz en el griego “epí- πί”, que puede entenderse como: superimposición (de tiempo, lugar, orden, etc.). Se puede concluir que los dos verbos tienen similitud a pesar de ser diferentes, el primero (tienen) propone la idea de aferrarse al dinero, y la segunda (confían) poner el dinero por “encima de”. Jesús trataba de enseñar que el apego al dinero y el “amor” al mismo puede llevarnos lejos del Reino de Dios al punto de no entrar en él.

Otras traducciones como la NVI (Nueva versión internacional), suprimió en ambos versículos dichos verbos mencionados anteriormente, “Tienen y confían”. Lo cual se puede correr el peligro de dar una interpretación más libre  y alejada de la esencia de lo que Jesús quiso enseñar, al uso o a la tenencia de las riquezas.

Los discípulos se asombraron. Evidentemente los discípulos creían, según las enseñanzas del judaísmo, que las riquezas eran una clara señal de la correcta relación entre el hombre y Dios y una muestra de las bendiciones divinas.

Jesús de forma hiperbólica, enseña, que es imposible para alguien que confía en las riquezas entrar al cielo. (25)  Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Si bien es una acción imposible, de la misma manera es imposible ser aceptados por Dios cuando nuestro corazón está inclinado hacia las riquezas, tener la confianza de que el dinero es la solución a todos los problemas puede convertirlo en un hecho de idolatría misma, robando la preeminencia y supremacía de DIOS en el corazón del hombre. El ser rico no es malo, (como alguno lo dan a entender), son nuestras acciones las que determinan el propósito e intencionalidad del corazón, inclinado hacer el bien o el mal. El escritor Marcano describe el uso del término: kamelos (κάμηλος,), de una palabra hebrea que significa portador, se usa en proverbios para indicar: algo casi o totalmente imposible y en pasajes paralelos. En el texto se hace uso del “QUE”, una conjunción subordinante comparativa, al mencionar el hecho de una acción casi  o totalmente imposible “QUE” un rico entre al cielo.

(26)  Ellos se asombraban aún más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?  (27)  Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, más para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios. Los apóstoles pensaban que la acción de la salvación venia por las obras que pudiesen realizar, nuevamente Jesús reafirma que la salvación es por gracia, no es lo que hagamos para Dios, es Él quien en su voluntad eterna permitirá la salvación a nuestras vidas. Alguien dijo: lo que es imposible para el hombre, es posible para Dios. El hombre por sí mismo no se puede salvar, es un don de Dios mediante la muerte de Jesús en la cruz.

(28)  Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido.  (29)  Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio,  (30)  que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. Nuevamente, Pedro, en un intento por relevar sus acciones, dice que ellos, lo han dejado todo por seguir a Jesús. Si bien los discípulos del Señor Jesús no eran de la elite superior o de los más adinerados de la época, estos, si bien, pertenecían a una sociedad, tenían un espacio en ella, familia, bienes, y se debían a un oficio, que dejando todo esto comenzaron a seguir a quien ellos pensaron era el mesías prometido por los profetas. La llegada del reino de Dios a la tierra.

Jesús enseñó que el resultado de dar dinero a los pobres, o cualquier sacrificio que podamos hacer para el reino de Dios, será atesorado no en la tierra, sino en el cielo; cuanto más demos, tanto más atesoramos. Esto no significa que si damos dinero a la obra de Dios, hemos de recibir más, como lo enseñan algunos “cultos de prosperidad”. Lo que significa es que las recompensas espirituales serán mucho mayores que los sacrificios que pudiéramos haber hecho por Cristo, aunque llegara la persecución con tales sacrificios.

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